El regreso
Una vez alcanzado nuestro objetivo quisimos ver la extension de los desalojos.
Por desgracia la 2a calle Oriente a la altura de la iglesia del Rosario, todavía no se ha logrado librar del mercado.
En especial queria ver si la casa del expresidente Alfonso Quiñonez, en ruinas, tal vez se podía ver.
Una casa que en una época fue considerada como la casa más presuntuosa de San Salvador. En un estilo modernista, quedaba a penas a 2 cuadras de la Casa Presidencial y a 4 cuadras del Palacio Nacional y la Asamblea. Aparentemente fue una del nuevo tipo de casas despues del terremoto de Corpus Christi de 1917, que empezó a determinar la nueva arquitectura de la ciudad y que estilo evolucionaría hasta el estilo neocolonial de los años 50 en las colonias Flor Blanca o Dueñas.
Ya en abandono antes que el mercado se apoderara de la acera y la calle alrededor del cambio de milenio, por ahi del año 2000
Pasando por una reformada plaza Libertad y frente a la vista esperandora de los portales de Occidente y Sagresa avanzamos hacia la Plaza Cívica
Catedral parece que se trata de esconder detras de los pocos árboles que tiene la Plaza
A pesar de presentar algunos daños el monumento a Gerardo Barrios se mira magnífico. Lo que no entiendo es cual es la maña de los pajaritos de posarse sobre la cabeza de las estatuas.
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La majestuosidad del Palacio Nacional - ampliamente restaurado entre 2000 y 2010 - refleja su propósito de albergar en 1911 todos los poderes del estado en mismo lugar. Nuestros antepasados parecen tener más claras las cosas que los nuevos ilustrados de este nuevo milenio.
Una plaza que sigue estando dominado por la construcción de la nueva Biblioteca Nacional. La escultura ecuestre de Gerardo Barrios sigue siendo de lo mejor que tiene el centro histórico
El tamaño monumental desentona con la arquitectura de la ciudad y la verdad es que me gustaba más como "toallona". De hecho lo único que amerita ser visitado en Catedral es la cripta de Monseñor Romero.
Regresando por la también liberada Rubén Dario nos topamos con edificios revitalizados como Instituto Salvadoreño de Turismo.
Nadie nos va a creer la triple fila de vendedores callejeros obligada al Hospital Paravida a parquear una ambulancia en su entrada para que los pacientes pudieran entrar. Ahora en plena remodelación pues finalmente se puede pensar en mantener servicios en el casco antiguos.
La arquitectura de los edificios comerciales de los años 50 y 60 en San Salvador es única y bella como lo demuestra el Anexo de la Biblioteca Nacional, que en otra época fuera una distribuidora de carros
Y con eso llegamos de regreso al punto de inicio, la esquina del Parque Cuscatlán con el Hospital Rosales, cansados y algo tostaditos.
Los invito a recuperar nuestra ciudad con sus visitas y curiosidad. Atrevanse a ver San Salvador de otra forma.
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